Si preguntaran a un grupo de personas, donde estés tú también participando, ¿quién de aquí tiene talento?
¿Levantarías tu mano y con convencimiento, dirías ¡¡yo!!?.
Esta pregunta la he hecho, en entrevista miles de veces, y son muy pocas las personas, que sin pecar de autosuficiencia, son capaces de reconocerse talentosas.
Es que si reflexionamos con mayor atención, TODOS/TODAS deberíamos levantar la mano al unísono porque TODOS/TODAS tenemos áreas de fortalezas que se convierten en valiosos aportes a nuestro trabajo, a nuestros compañeros y a la marcha de los negocios. Y no hace falta ser artista, cantante o escritor para ser considerados talentosos en nuestros trabajos.
Talento, lo descubres en ti, cuando reconoces tus fortalezas y competencias ganadas en tus experiencias de desarrollo y las engarzas con lo que consideras valioso comprometerte.
Entonces, ¿qué te apasiona, qué te mueve a hacer lo que haces y a ser quién eres?
Muchas personas son claramente conscientes de la carrera profesional desplegada y con facilidad, muestran éxitos validados con hechos, pero muchos de aquellos, sienten que son competentes, pero no felices o, competentes en algo que no les gusta o que ya no les hace sentido vital. Y créeme es una situación realmente frustrante y atemorizadora, por lo cual prefieren no explorar ni mirar ni preguntarse.
Es que si encontramos aquello que realmente nos apasiona y donde realmente nos sentimos que desarrollamos todo nuestro potencial, donde nos sentimos “fluir”, en palabras de M. Csikszentmihaly , donde nos sentimos plenos e “inmersos en lo que estamos haciendo, donde experimentamos sensación de gran libertad, gozo, compromiso y habilidad”, aplicamos nuestras facultades al máximo. Parece algo que sólo debemos o esperamos sentir fuera del trabajo y, por tanto, limitado al espacio de los hobbies y/o lo reconocemos tan lejano a nuestra experiencia cotidiana, que esperamos experimentarlo sólo algunas veces en nuestra vida. Sin embargo, la buena noticia es que es posible aumentar su frecuencia y, que es posible también, aplicarla a nuestro quehacer profesional del día a día.
Pero para ello, necesitamos un esfuerzo materializado en tiempos de introspección para aumentar tu autoconocimiento y, atreverte a explorar con mayor atención y detalle tus posibilidades y, con ello, dirigir conscientemente tu energía vital hacia su logro.
Un crecimiento profesional desafiante implica necesariamente trabajar para hacer coincidir nuestros talentos con lo que valoramos como preciado y esencial desarrollar. Encontrar ese tesoro, te lleva, con pasión, a dirigir tu carrera hacia escenarios de satisfacción personal con alta productividad.
¿Te atreves?
Bernardoita González C.
PD: Si te interesa conocer más de este tema y estás buscando una ayuda profesional, puedes conversar conmigo. Escríbeme a contacto@moverepersonas.com