¡Cuéntame tu historia y te diré si quedas contratado!

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Para los que han participado en entrevista laboral o para aquellos que ya están en espera de alguna, la idea de conversar y exponerse frente a un evaluador no está exento de nerviosismo, angustia y temor. Porque de alguna forma se perciben que se están jugando  una oportunidad de inserción o de desarrollo profesional, que no se la quieren perder. Y tienen razón.

Eso me lleva a escribir este post y hacer una reflexión de algunos aspectos que he visto en mi experiencia en los miles de procesos de evaluación en los que he participado como psicóloga evaluadora.

Primero quiero contarles que para dar una recomendación de contratación a un cargo en particular o para asesorar a la empresa respecto de la vacante de búsqueda, los que hacemos selección en serio, nos hemos preparado en comprender muy bien el cargo, las funciones, las responsabilidades y el contexto cultural en que el futuro candidato se deberá desempeñar. Por tanto, durante todo el tiempo en que se desarrolla la entrevista, estoy alerta a hacer match entre lo que me cuentas, tu experiencia, tus fortalezas y recursos, los requerimientos, las exigencias de la posición y de esa empresa en particular.

Por lo tanto, me es indiferente cómo me cuentas tu historia.

Te comento que tengo un tiempo acotado para conocerte en tus competencias y experiencia y, por tanto, necesito que:

  • Seas claro y organizado para contarme tu historia
  • Te centres en aquellos elementos significativos que te hacen oferta de valor para la compañía
  • Respondas con honestidad a las interrogantes que van surgiendo respecto de inconsistencias en tu relato
  • Argumentes centrado en resultados y en tus logros.

Y con esos antecedentes, yo debo proyectarte en el cargo, debo hacer un pronóstico de desempeño a fin de que la empresa decida elegirte a ti entre los otros posibles postulantes.

¿Qué hace entonces la diferencia? ¡Tú haces la diferencia!!

¡La forma en que organizas tus antecedentes, la forma en que te preocupas de dar coherencia y la relacionas con la posición de postulación, hace la diferencia!  

¡Y eso es un trabajo! Requiere preparación, requiere que te observes en tu historia, en tus recursos, aciertos, errores y aprendizajes. Requiere que te prepares para trabajar en entrevista.

Es que la situación de entrevista se transforma en un espacio preciado para verte trabajar. Las preguntas que te hago y las situaciones que te pido que me cuentes, tienen como objetivo, no sólo conocer los hechos que te sucedieron y cómo los enfrentaste en el pasado, sino cómo en el aquí y ahora, estás enfrentando este desafío de tarea que te pido resolver: tu entrevista de evaluación. Y la forma en que lo hagas, los recursos que usas para enfrentarla, me dirán de ti y de tus posibilidades para enfrentar los nuevos desafíos que la posición te traerá.

Por eso, no tomes a la ligera una entrevista de selección. Prepárate. Eso habla de ti como un candidato elegible.

Entonces, ¿cómo te estás preparando?

Por Bernardita González Cahís.

Diciembre, 2016

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