Una de las preguntas más frecuentes en una entrevista laboral para búsqueda de nuevo empleo, es ¿qué valor puedes agregar al trabajo o a la organización en la que piensas incorporarte?
Y no es raro, te lo digo, después de haber entrevistado a miles de personas, que pocos pueden dar una respuesta con certeza y que sea creíble para el entrevistador.
Ello porque necesariamente requiere que hayas reconocido en ti, las fortalezas y las competencias ganadas con tu experiencia y, te hayas interiorizado del cargo/empresa de postulación. Y eso, no es gratis, implica ¡¡trabajo!!
Para ser considerado para un cargo, tienes un corto tiempo para convencer al psicólogo o gerente de RRHH, que vale la pena contratarte y contar contigo para hacer realidad su sueño empresa y dar respuesta a los desafíos de la organización.
Muchas personas sólo saben lo que han hecho y no se han preguntado por lo que pueden ser valiosos y, menos aún, cómo desde la posición de postulación, pueden llegar a ser un aporte tangible. De esta forma muchas veces se mantiene un mismo discurso respecto de nuestra historia de trabajo. Nos preocupamos de entregar los antecedentes de lo hecho y, pocas veces de conectar lo que somos con la misión de la empresa. Este es un plus que pocos aportan y, que nos entrega importante información de tu interés real de incorporarte al cargo y de tu capacidad de análisis crítico, aspectos que son fundamentales a la hora de pensar en ti, como un candidato viable.
Otra pregunta, más temida aún para todos los candidatos por igual, es aquella que dice relación con hablar de nuestros defectos.
Muchos, muchos candidatos se quedan en blanco y muchos otros, entregan una serie de adjetivos calificativos que poco aportan o, que hacen un mal favor a la hora de considerarlos candidatos viables para la posición de postulación.
La pregunta intenta reconocer en ti, a alguien con capacidad de reflexión y de auto crítica, por tanto se establece para relevar tu capacidad de aprender sobre tus errores y de las estrategias de crecimiento que has incorporado luego de las situaciones de fracaso en las que has visto envuelto.
Es una pregunta que sincera que todos somos humanos y que nos hemos equivocado, sin embargo, pocos son capaces de sacar conclusiones de crecimiento.
Ahora bien, desde la postura de entrevistador, no es inocuo lo que me cuentas, mi deber profesional dicta que debo ponderar si aquello que visualizas como debilidad es crucial en el desarrollo del cargo en particular. Sin embargo, esto en sí mismo es una buena noticia, pues no quedar seleccionado en un cargo que requiere justamente tener consolidado esas competencias que no posees o que aún estás en proceso de consolidación, te va a permitir no exponerte a situaciones de presión desmedida y de tal demanda que pueden llevarte a estrés y/o a mal rendimiento y, por otro lado, apertura posibilidades nuevas de dirigir esfuerzos conscientes hacia posiciones donde realmente serás un aporte.
De ahí que, la invitación es a que inviertas tiempo en reconocerte en tus fortalezas, en tus aportes y en tus áreas de mejora, con una reflexión respecto de estas posibilidades con lo que realmente se espera de ti en el cargo y en la empresa.
Este es un ejercicio analítico de suma importancia y, que te abre caminos para explorar dónde realmente serás valioso y dónde podrás “fluir” en tu trabajo.
Bernardita González Cahís
23 de agosto de 2016