¿Odias tu trabajo o gestionas tu talento? 4 pasos para convertir tu talento en valor

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¿Cómo hacer de mi trabajo algo que realmente me llene y aporte a los demás?

Muchas personas dejan esta respuesta en manos de su empleador, su jefe, sus compañeros, o la vida en general, esperando que ellos “algún día” hagan “algo” para mejorar sus condiciones laborales y con ellos la satisfacción respecto a su trabajo. Puede que esto ocurra y puede que no.  Y si no ocurre, es probable que pasen sus días esperando aquello que nunca llegará.

Una alternativa es tomar el rol de protagonista y ser uno mismo quién gestione y dirija su propia carrera. ¿Para qué dejar en manos de otros algo que puedo hacer yo?

Se trata de tomar la decisión de desarrollar tu talento para convertirlo en valor. En otras palabras, es identificar el potencial natural que tienes y transformarlo en algún producto y servicio que entregue respuesta a las necesidades del entorno, contribuyendo positivamente a tu medio y a ti mismo.

Ciertamente este camino requiere esfuerzo, trabajo y perseverancia, también es frustrante a ratos y difícil, sin embargo, está lleno de satisfacción pues implica conectarse con el propio potencial, lo que energiza y da seguridad.

También es un camino que requiere una constante revisión y reconceptualización, por lo que nunca está suficientemente terminado. Lo sabe el artista que mira su obra y cada vez que la contempla considera que podría darle hacerle un cambio para dejarla más cercana a la perfección. El ingeniero diría que hay que iterar muchas veces para llegar al resultado y el deportista seguiría entrenando para mejorar su propia marca. Lo que nos hace sentido un día, puede que al otro día no tanto, pues el desarrollo del talento invita a la reflexión y al autoconocimiento.

Entonces se trata de un proceso constante de aprendizaje. Más que llegar al resultado, es importante tomar la decisión de comenzar este camino y plantearse hitos que permitan identificar los talentos y canalizarlos hacia una dirección coherente con lo que somos y en sintonía con las necesidades del entorno. Lo que podamos lograr en una primera etapa de este trabajo, será el escalón que nos permitirá llegar al siguiente peldaño, por lo tanto, cada peldaño tiene que estar muy bien construido para que nos permita dar un paso firme hacia el siguiente nivel. Fijar una dirección correcta y ponerse metas acotadas, permiten alcanzar resultados a corto plazo alineados a la visión definida, manteniendo la motivación necesaria para sostener este proceso.

No hay una receta de preparación en 5 minutos, pero sí una metodología que sirve como guía para orientar este trabajo y darle la dirección correcta. Luego que hayas tomado la decisión de gestionar tu talento, aquí tienes algunos hitos claves para continuar:

1. Identifica tu talento: hay muchas formas de saber cuáles son tus talentos o potencial. Lo primero es preguntarte qué es aquello que te gusta hacer, con qué cosas te diviertes, en qué actividades fluyes. No importa el área, no estamos hablando sólo del trabajo, más bien estamos hablando de ti, en todas las áreas de tu vida. ¿cocinar, pescar, pasear, escribir, leer, conocer personas, deporte, idiomas, cultura, política, religión? También puedes preguntarte en qué áreas de tu vida has tenido logros y qué habilidades están detrás de ello. Otra forma es preguntarle a personas cercanas a ti y que te conocen, qué características destacan en ti, y que a tí te hagan sentido. En síntesis ¿qué te gusta hacer, te resulta fácil, sientes que fluyes y te sientes a gusto?

2. Conecta con el entorno: una vez identificados tus talentos es momento de mirar hacia alrededor ¿qué está pasando, cuáles son las tendencias, necesidades, innovaciones? ¿de qué manera mi talento puede ayudar a solucionar algún problema? ¿con qué temas del mercado mi talento se relaciona? Es muy importante hacer este enlace, ya que para convertir nuestro talento en valor, tenemos que “anclarlo” en una situación real que permita focalizar nuestras energías para que nuestro potencial comience un proceso creativo y genere un nuevo aporte o contribución.

3. Transforma tu talento en valor: este hito comienza con el anterior y se traslapa, ya que a medida que vas conectando con el entorno tu talento comienza a transformarse. En este paso, es importante tener claridad de qué queremos resolver o en qué área queremos aportar y cuáles son nuestros clientes y su necesidad. Es así como comienzas un proceso de reflexión e invención que te llevará a definir varios servicios o productos que den respuesta a una necesidad del mercado, los que será necesario probarlos en el mercado, realizando prototipos o pruebas que permitan equivocarse rápido, con bajos costos y aprendizaje oportuno. En emprendimiento esto se llama Lean Start Up.

4. Expande y socializa tu valor: ahora es el momento de contarle al mundo lo que haces, aquello en que eres bueno y que disfrutas haciendo. Es importante identificar el mejor canal para llegar a tus clientes. Actualmente las redes sociales permiten expandir rápidamente lo que hacemos, lo importante es asegurarse que el mensaje esté llegando a las personas correctas de la manera correcta. Aquí el cómo comunicas es central. Más que tu producto o servicio, comunica el valor, la solución que estás ofreciendo. Y continúa con el ciclo permanente de reinvención, ajuste e innovación, ya que a medida que lo socializas el mercado te irá entregando feedback constante que te permitirá continuar su desarrollo.

Cada paso requiere tiempo y trabajo. Por más simple que podamos verlo, la gestión del talento necesita de energía y perseverancia, la diferencia está en que el tiempo invertido es en uno mismo, por lo tanto, estaremos trabajando en la dirección correcta y garantizaremos el desarrollo de nuestro potencial, junto con una contribución importante a nuestro entorno, por pequeña que pueda parecer. “Todo éxito es un éxito”.

Entonces ¿odias tu trabajo o gestionas tu talento? La decisión es tuya.

Por Lorena Núñez J.

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